Nunca a nadie.

Nunca conoces a nadie, hasta que lo conoces. Tanta gente prejuzgando a cada persona por su apariencia... nadie sabe realmente como es una persona. Nadie conoce los pensamientos de nadie salvo los suyos propios. Nadie puede etiquetar a nadie por su apariencia o sus actos. Lo unico por lo que debemos juzgar es algo que nunca podremos conocer y eso es la mayor tristeza que se pueda llegar a dar en el universo.
Por esa razon nadie conoce a nadie hasta que ese alguien decide confiarle sus pensamientos mas profundos y abrirse, contar sus miedos y experiencias, contar sus traumas, aventuras, amores desamores... contarle como es, describirle su mente.

Mirarse al espejo.

Siempre me ha parecido exraña la sensacion de mirarte al espejo, y ver como con pesamientos manejas tu cuerpo, te ves a ti, ahi depies, moviendote y controlando tus movimientos a la perfeccion, y sin saber como, consigues pestañear, sonreir y dar vueltas apreciando los actos qemue eres capaz de accionar. La mayoria del tiempo para ti son burdos movimientos que realizas sin ton ni son, sin pensar. Cuando deberias darte cuenta de que lo que puedes hacer es algo magico. Pasar de andar a correr en un segundo, bailar, saltar o simplemente quedarte inmovil en frente de ti mismo pensando, ese soy yo, esa es mi apariencia, asi me ve el resto del mundo. La mayoria de la gente usa el espejo para arreglar su imagen y que otros les vean perfectos, cuando para lo que realmente deberian usarse es para verse a si mismo exteriormente, y hacete reflexionar interiormente. Se hace tan poco lo segundo que cuando te das cuenta de ello y vuelves a mirarte en un espejo, no te reconoces, y llegas a pensar que te has visto por primera vez en toda tu vida.

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Cuando el frio me hace temblar, tiritar, como si hubiese algo dentro de mi que me provoca espasmos por todo el cuerpo... intento concentrarme, aprieto cada musculo de mi cuerpo y poco a poco consigo estabilizarme, dejar de reaccionar según lo previsto, y para de golpe, como un frenazo en seco en una calle desierta en medio de la nada. Lo consigo porque se que lo unico que puede provocarme temblores no me afecta al fisico, me afecta a la mente, tirito de pensamientos sobre cosas que en mi cabeza están congeladas, gélidas. Me concentro para conseguir derretirlas y romper el hielo que las aprisiona, y que se conviertan en algo mas que sentimientos petrificados sin marcha a alante o atrás.

Tubería.

Imaginate a un pequeño raton, un raton que camina como de costubre, despreocupado, no sabe lo que es el bien o el mal. El ingenuo raton recorre toda una ciudad, desde los callejones mas ruinosos y solitarios, hasta las calles mas lujosas y transitadas. Un dia como otro cualquiera el pequeño raton decide quedarse en una casa, un humilde hogar en el que se acomoda. En esa casa ve un pedazo de queso, un queso con una pinta irresistible, y poco a poco se acerca, sin pensar que puede ocurrir. A penas está a excasos centimetros de este, sin pensarlo dos veces, alarga la mano y la trampa salta, golpeandole en una pata. El ratón queda herido, ya no puede caminar, se siente triste y confuso ¿cómo no vió el peligro? El pequeño animal comienza a pensar como podra continuar ahora ¿cómo podra ahora seguir recorriendo el camino que tan feliz le ha hecho? ¿Que hará ahora si su vida ya no tiene sentido?
Con los dias, se va curando, pasaba el tiempo y el ratón va viendo como se cierra aquella herida. Pero como en su lugar deja una gruesa cicatriz, y cada vez que la mirab recorda el dolor que se causó por un error que no vio venir, un error por una accion que no meditó lo suficiente.
Pasados unos años el animal sigue recordandose la escena a menudo, y tambien recuerda que desde aquella vez haba visto muchos artilugios como el de aquel dia, pero poco a poco tras aquel recuerdo va dandose cuenta de que los errores no duran toda la vida, que los errores duelen, que los errores causan desconcierto y tristeza, pero ¿de que sirve recordarselo una y otra vez?  Los errores pasados no se pueden enmendar y hay que seguir mirando hacia adelante, hay que continuar recorriendo calles hasta que por fin un dia te des cuenta de que aquel error te sirvió para darte cuenta de lo que se debe o no se debe hacer, de lo bueno o lo malo, de intentar pensar los actos y sus consecuencias, de que de nada vale recordarlo una y otra y otra vez para seguir haciendose daño. Finalmente tras haber seguido recorriendo miles de ciudades se dió cuenta de que el verdadero error es seguir culpandose de algo que ya sabe que no debio hacer.