martes, 9 de diciembre de 2014

Tubería.

Imaginate a un pequeño raton, un raton que camina como de costubre, despreocupado, no sabe lo que es el bien o el mal. El ingenuo raton recorre toda una ciudad, desde los callejones mas ruinosos y solitarios, hasta las calles mas lujosas y transitadas. Un dia como otro cualquiera el pequeño raton decide quedarse en una casa, un humilde hogar en el que se acomoda. En esa casa ve un pedazo de queso, un queso con una pinta irresistible, y poco a poco se acerca, sin pensar que puede ocurrir. A penas está a excasos centimetros de este, sin pensarlo dos veces, alarga la mano y la trampa salta, golpeandole en una pata. El ratón queda herido, ya no puede caminar, se siente triste y confuso ¿cómo no vió el peligro? El pequeño animal comienza a pensar como podra continuar ahora ¿cómo podra ahora seguir recorriendo el camino que tan feliz le ha hecho? ¿Que hará ahora si su vida ya no tiene sentido?
Con los dias, se va curando, pasaba el tiempo y el ratón va viendo como se cierra aquella herida. Pero como en su lugar deja una gruesa cicatriz, y cada vez que la mirab recorda el dolor que se causó por un error que no vio venir, un error por una accion que no meditó lo suficiente.
Pasados unos años el animal sigue recordandose la escena a menudo, y tambien recuerda que desde aquella vez haba visto muchos artilugios como el de aquel dia, pero poco a poco tras aquel recuerdo va dandose cuenta de que los errores no duran toda la vida, que los errores duelen, que los errores causan desconcierto y tristeza, pero ¿de que sirve recordarselo una y otra vez?  Los errores pasados no se pueden enmendar y hay que seguir mirando hacia adelante, hay que continuar recorriendo calles hasta que por fin un dia te des cuenta de que aquel error te sirvió para darte cuenta de lo que se debe o no se debe hacer, de lo bueno o lo malo, de intentar pensar los actos y sus consecuencias, de que de nada vale recordarlo una y otra y otra vez para seguir haciendose daño. Finalmente tras haber seguido recorriendo miles de ciudades se dió cuenta de que el verdadero error es seguir culpandose de algo que ya sabe que no debio hacer.

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