lunes, 6 de abril de 2015

Dcho e izq.

Esos cascos enmarañados que al sacar del bolsillo te das cuenta de que hagas lo que hagas siempre acabaran tan intensamente anudados... a lo mejor tienen una gran historia de amor oculta.
El casco derecho tiene una vida intensa, un trabajo absorvedor que no le llena, su pasado le lleva a tener un trato frío con la gente, ya no confía en nadie, su vida se basa en una sucesión de acciones automáticas que realiza con el único fin de vivir día tras otro, hasta que le llegue su hora, se lanza a los malos hábitos sin importar las consecuencias porque cree que a la gente que le rodea ya no le importa nada de lo que le pase, hace daño a los que le quieren, por la satisfacción de saber que el tiene el poder, que el ya no sera controlado si es él el que controla, pero se aisla socialmente porque cree que si es el mismo jamas sera aceptado por nadie, esta roto por dentro
El casco izquierdo es todo entusiasmo, cada mañana amanece con alegría pensando que sera un día genial, cree en el amor y en el destino, cree que todo pasa por algo, no se rinde pase lo que pase porque sabe que al final del camino estará la recompensa de tan gran esfuerzo que dedica a lo que quiere conseguir, es apasionado y risueño, cree que todo y todos se merecen al menos una oportunidad en la vida, sigue adelante, sonríe porque cree que una sonrisa puede cambiar el día de cualquier persona, como cree que hacer sonreír a alguien puede cambiar el rumbo de una vida, se imagina el mundo como si cada alma fuese una pequeña motita de polvo movida por el viento, y que ráfagas de aire ya predichas nos mueven en la dirección exacta a cada una. 

Derecho e izquierdo viven cerca, nunca jamás pensaron en mirarse porque jamás hubo un pequeño detalle en común entre ellos... ni los mismos gustos, ni la misma forma de vivir, ni la misma meta, ni los mismos ideales. Un día derecho e izquierdo se percataron el uno del otro, siendo así la primera vez que sus ojos se vislumbraban. Y se dieron cuenta de que todas las cualidades que tenían cada uno, no pertenecían a ellos mismos, bajaron la mirada y vieron que estaban unidos, estaban pegados entre si por una larga y fina razón, con el simple y mero hecho de fijarse el uno en el otro se dieron cuenta de que aquellas cualidades que les hacían tan diferentes el uno al otro no eran mas que las contrarias, las cualidades que uno no tenía, las tenía el otro, formando asi tal conexión que cada vez que tienen la oportunidad, derecho e izquierdo se encuentran en un oscuro bolsillo y se entrelazan para poder estar juntos, aprovechan el silencio de algo tan hermoso como es la musica, para poder vivir su amor de vez en cuando. E irónicamente tú los separas cada vez que quieres que te ayuden a pensar, reír o llorar, esperando como dererecho, a que llegue tu izquierdo y poder vivir el resto de tus días enredados entre la música que desprendan vuestros corazones por haber encontrado a la clave de vuestro sol.

domingo, 5 de abril de 2015

Odio a esos monos que se tapan los ojos, la boca o los oídos para evadirse de la realidad, mientras yo me tengo que enfrentar a la cruda verdad. No todo es tan secillo como te crees sin pararte a pensar, y lo peor de todo ed que no todo es tan complicado como piensas. Escribo esto tumbada en una cama dura y escuchando a lo lejos conversaciones de televisión que no llegan a ningún lado, los muelles se me clavan como se me clava la indiferencia de las personas que me rodean, algunas mas frías que una mirada ajena por la calle un domingo después de un gran sábado de fiesta en medio de Diciembre. Me doy media vuelta y se me destapa un pie, y me paro a pensar en toda esa gente que dijo que seguiría ahí en las buenas y en las malas, y ahora las ves desde la otra acera recién cruzada por su vergüenza a mirarte a la cara. Me giro hacia arriba, la tele ya no suena, vuelvo la mirada al techo y veo pequeñas lucecitas estampadas que se cuelan alumbradas por una farola a través de la persiana... Y por primera vez me doy cue ta de que ya no queda amor. Si ya no queda amor ya no quedan besos mañaneros con sabor a café, ya no queda esa palpitación a mil por hora cada vez que tienes a dos centímetros de tu boca otra boca, ya no quedan miradas que hablan, ni las cosquillas de un dedo recorriendo una piel de gallina, ya no queda una mano, cubriendo los ojos de alguien y un susurro en un oído, que dice "quien soy" y el saber quien es esa persona, pero estar tan inmersa en el momento que no puedes llegar a articular su nombre, ya no quedan flores deshojandose prediciendo si es amor verdadero o no, ya no quedan rosas que se entreguen a una amada con mas valor que un diamante, ya no quedan paseos de la mano, ni suspiros al aire, ya no quedan sonrisas tontas, ni abrazos de cuarenta minutos, ya no quedan "te echo de menos", no quedan domingos de pijama en una cama, no quedan trompas azules que regalar, no quedan aceitunas que compartir, barcos pirata que abordar, tesoros que encontrar, no quedan ciudades que salvar, zombies que matar, ni alcohol que beber, ni cuentos por contar, ni dinero que apostar y perder, o incluso ganar, no quedan bailes por pedir, galaxias que salvar, bombones que probar, villanos que parar, gatos que rescatar, musica que escuchar... Ya no queda amor, solo soledad.