domingo, 18 de enero de 2015

Obsesionada.

Estaba obsesionada con la lluvia. Miraba al cielo desde su terraza, esos días de frío intenso que congelaban sus manos, y cuando las tenía tan frías que le dolía abrir y cerrar las palmas de estas, sabia que iba a llover. Se reparaba, soltaba su pelo y miraba hacia el cielo, y notaba las gotas caer por su cara, y sentía como se quedaban aferradas a sus pestañas y goteaban poco a poco. Sonreía, y esperaba ese instante justo en el que pasa de chispear a llover intensamente. Abría los brazos en cruz y mientras caía sobre ella todo el peso de la naturaleza alzaba aun mas las manos hacia el cielo para intentar agarrar las gotas que caían. Sentía el viento recorriendo todo su cuerpo mojado y gritaba por dentro, como si se escapase su alma por cada poro de su piel. Pensaba en todas esas personas sentadas en el calor de su hogar mientras ella se fundía con lluvia hasta tal punto de formar parte de ella. Se quedaba inmovil, como si no hubiese nada mas... hasta que dejaba de sentir que caían sobre ella millones de pequeños puntitos milimetricos y tenia que mirar la luz de una farola para saber si se reflejaba el agua y darse cuenta de si seguía lloviendo... y se desvanecía.

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