jueves, 5 de junio de 2014

Dura bala impacta en cabeza.

Dedos temblorosos, pegajosos, sudados,  resbaladizos, dedos dudosos pero a la vez firmes. Con solo un movimiento, una reaccion nerviosa, un pensamiento que se pase por su cabeza acaba con todo.  Un impulso, una reflexion, una confusion ante una idea que disgusta y al mismo tiempo reina en una mente enferma y cansada de luchar sin resultados, cansada de risas y burlas, cansada de rechazos y fracasos. Una lagrima cae resbalando sobre su mejilla. Un pensamiento fugaz de esperanza, de que todo puede ir mejor, de que no es solucion. Fuerza, huesos, tendon, musculo y espiritu se accionan. Un grito retumba en la habitacion cual alma atrapada en un bote de cristal. El bote se rompe. Dura bala impacta en cabeza, despacio, el tiempo pasa como si los segundos fuesen horas. Su alma sale de su cuerpo para presenciar la escena. Propulsada bala desgarra su sien, dulcemente, como si de un favor indoloro se tratase. Dulce y dura bala acaba con su vida. Su cuerpo yace. Vida brota y  se desparrama por suelo. Tristeza queda. Nada queda.

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